jueves, 14 de agosto de 2014

Roadtrip hacia Oriente: Estambul y fronteras


Llegamos a Estambul siete días después de comenzar el viaje. Esta vez el paso fronterizo tiene además de la garita griega, tres ventanillas diferentes donde hay que enseñar documentos. Todo está en orden y entramos en Turquía por una zona de producción agrícola muy rica y organizada. Podríamos estar cruzando España o Francia, si no fuera porque van apareciendo muchos Renault 12 y modelos parecidos que me recuerdan a mi niñez. Vamos por una carretera de dos carriles para cada sentido hasta Estambul. Hay un momento que entramos sin pensarlo mucho en la autopista para decubrir que sólo funciona con telepeaje. Con esto sí que no contábamos así que nos salimos en cuanto podemos, y hacemos saltar la alarma del peaje. No parece que haya nadie que nos persiga así que seguimos adelante hacia el monumental atasco de entrada en Estambul. Nos lleva casi dos horas llegar hasta el Sultan Palace Hotel que tenemos reservado justo a cinco minutos de La Mezquita Azul. Las callejuelas estrechas, los coches aparcados en cualquier hueco y el jaleo propio del centro turístico de una gran ciudad nos hacen preguntarnos si esto no habrá sido un error.
Todo cambia después de llegar al hotel y comernos un kebab turco de verdad. Pasar la tarde paseando en Eatambul es un lujo, a pesar del calorazo. Para celebrar todo lo que nos ha pasado hoy cenamos en una azotea con vistas al mar de Marmara. Decididamente Estambul merece una visita futura...en avión. Además de la visita obligada a la mezquita azul y a Aya Sofya, para mí es imprescindible el bazar de las especias, las callejitas llenas de tiendas de todo lo que se pueda pedir y disfrutar del puente de Galata al final de la tarde. Estambul me sorprende por su ambiente relajado, nada que ver con Marrakech por ejemplo. Me sorprende también la cantidad de turistas  de países islámicos que hay. Tampoc esperaba ver grupos de mujeres de Irak viajando solas. Es curioso como sabemos tan poco del mundo.
Hoy salimos hacia Ankara, nos quedan unos 1700 km hasta Dogubeyazit, lugar de salida para la subida al Ararat. Supongo que iremos dejando atrás este ambiento europeo que nos rodea...pero quién sabe! Imaginaba el centro de Turquía muy seco y he leído que vamos a pasar por alguna estación de esquí...qué refrescante es sorprenderse todos los días.

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